Una vez más se ha vuelto a comprobar el poder de la mente humana. De no ser verdad que la fe vuelve montañas, no tendrían futuro tantos curanderos, adivinos, ni seguiríamos creyendo en aquellos remedios y supersticiones que carecen de rigor científico y que nos llevan acompañando durante generaciones. Hablamos del “Efecto placebo”.
La Terapia Floral de Bach es un sistema basado en preparados florales que fue desarrollado por el médico galés Edward Bach en los años 30 del pasado siglo, cuya efectividad supuestamente radica en mejorar las funciones de memoria.
Un sistema tan natural y barato, sería una gran ventaja que efectivamente sirviese para mejorar la concentración y las capacidades funcionales de las personas.
Pero nada más lejos de la realidad. En la Facultad de Biología de la Universidad de La Habana se ha llevado a cabo un estudio que demuestra que el preparado floral carece de efectividad real.
Para la investigación se incluyeron 39 sujetos estudiantes de primer año de Bioquímica que fueron distribuidos en tres grupos. El primero de ellos no recibió tratamiento, el segundo recibió placebo y el tercero una mezcla de 5 flores de Bach (Chestnut Bud, Red Chestnut, Wild Oat, Honey Suckle y Clematis). En total, cuatro aplicaciones diarias durante 10 días.
El dato principal, y la certeza en la que radican los resultados del estudio, es que ni los participantes de los grupos 2 y 3 ni los investigadores conocían el tratamiento que estaban recibiendo. Con esto, en los posibles avances o retrocesos de la memoria, no influiría la plena consciencia de que se estaba ingiriendo o no el preparado.
Para evaluar el efecto aludido se aplicó a todos los participantes un test de memoria (test de Rey) en días sucesivos. En el primer día les fue presentada una lista de 15 palabras y se recogió por escrito la cantidad de palabras correctas que fueron capaces de evocar de forma inmediata. Este procedimiento se repitió 5 veces y se notó un incremento progresivo en el número de aciertos. Al día siguiente se les entregó una historieta escrita que contenía, dispersas entre otras, las 15 palabras de la lista y se le pidió subrayar las que pudieran identificar como pertenecientes a esa lista.
Finalmente, el análisis estadístico de los resultados, no permitió identificar diferencias significativas entre los grupos en ninguna de las pruebas.
La ausencia de efectos demostrada en el estudio constituye una evidencia de que los preparados florales ejercen un efecto que no va más allá de la sugestión. Esto es “el efecto placebo”.
El modo de preparar las esencias hace aún menos probable cualquier efecto no placebo. Esta comienza con la colocación de una cantidad de flores en agua y exponerlas al sol durante unos 20 minutos. Después el agua se extrae y se mezcla con brandy y se deja reposar. Por tanto, que algún principio activo pueda haber pasado de las flores al agua y, más aún, que se haya conservado después de esa dilución es algo muy cuestionable.
Esta investigación demuestra una muy seria carencia de base científica del método floral. No obstante, el sistema de flores de Bach, se ha extendido en países como Cuba, al punto de que existen varios Diplomados en Terapia Floral. Otro ejemplo es Chile donde la Universidad de Santiago ofrece un postítulo en Flores de Bach.
Además, este estudio demuestra una vez más el poder que ejerce la predisposición de la mente en nosotros. El efecto placebo es objeto de investigación actual que intenta determinar hasta qué punto influye en la mejoría del cuadro sintomático del paciente. Sus bases biológicas descansan sobre la interacción de factores nerviosos, endocrinos e inmunes. Por tanto, es un efecto real y forma parte de la acción terapéutica de cualquier tratamiento.