He procurado formarme en diferentes ramas, he vivido un año en Inglaterra para perfeccionar en inglés. Todo en vano. Pero en todos estos meses he podido aprender algo y es que no nos necesitan.
El periodismo es una profesión que está desapareciendo. Asumiendo la cantidad de medios que han tenido que cerrar y que la crisis económica dificulta la posibilidad de contratar trabajadores, ellos, los magnates de la prensa no nos necesitan. Y no nos necesitan porque sus intereses están centrados en cuestiones políticas o económicas que en hacer un periodismo de calidad. Esta última palabra ha sido sacrificada hace ya muchos años. Intentan sobrevivir como pueden con subvenciones y acuerdos empresariales, con un modelo que ya no funciona y con el monstruo de Internet avasallándolos a cada paso.
La crisis económica les ha obligado a recortar en personal, donde antes había quince periodistas en una redacción, hoy solo hay tres, y lo que ha ocurrido es que se han dado cuenta de que pueden seguir llevando a cabo su labor perfectamente. Nada ha cambiado.
Esto es porque lo que se viene haciendo en los diarios, en la televisión y en la radio no es periodismo. Para escribir al dictado y transcribir lo que se oye en una rueda de prensa no hace falta ser periodista. Lo puede llevar a cabo una persona con un mínimo de capacidad de expresión y redacción. Ni siquiera intenten venderse. No te compran. Como consecuencia nos vemos expuestos a una precarización del periodismo, pero no se confundan, eso no es periodismo.
A veces nos indignamos cuando vemos anuncios laborales del tipo: "Se necesita periodista para escribir una crónica de 500 palabras. Salario: 5 euros". No se ofendan cuando lean 5 euros, porque realmente lo que nos piden no vale más.
En otra rama de todo esto se encuentra la sociedad, una sociedad que nos ha dado la espalda, que ya no nos cree, a causa de haber servido tantos años a estos intereses empresariales.
Sí señores, el periodismo está desapareciendo. Esa profesión en la que creía por su indispensabilidad en un Estado democrático, porque tenemos que estar informados para ejercer nuestro derecho al voto en libertad. Y de todo esto no nos informaron a ninguno de los 300 que masificamos la carrera en la Universidad de Sevilla y dudo que se vaya a hacer con las generaciones venideras, además de enseñarnos un periodismo absolutamente obsoleto.
Pero los periodistas, los que nos sentimos periodistas en el fondo de nuestro ser, no podemos caer en la parálisis. Unámonos, creemos proyectos periodísticos solventes y de calidad. Ofrezcámosles a la sociedad un verdadero periodismo. Estoy convencida de que sabrán comparar y valorarlo de nuevo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario