Mis trabajos

Mi nombre es Miriam Fernández y soy Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y especializada en comunicación corporativa.

Máster de Gestión Estratégica e Innovación en Comunicación.

Solo trato de hacer de la vida un viaje y del viaje la vida.

lunes, 23 de enero de 2012

INTERNET, ESE MARAVILLOSO MONSTRUO

Ha llovido mucho y muy rápido desde que apareciese en 1969 en Estados Unidos, esa tecnología que hoy empleamos y oímos, afortunadamente, tanto como si se tratase de la leche o el pan, Internet. Desde entonces todas las actividades de la actividad humana están siendo modificadas por sus usos hasta llegar a la era de la información, era con un futuro bastante incierto.

Internet es una tecnología de la sociabilidad. El individualismo en red no constituye una colección de individuos aislados, sino un modelo social, pues estos construyen sus redes sobre la base de sus intereses, valores, afinidades y proyectos. La flexibilidad y el poder de la comunicación de Internet permiten que la interacción on line juegue un papel determinante en la organización social. Las redes on line, pueden construir comunidades virtuales, tal y como hemos podido apreciar en los movimientos de indignados, tan efectivas como las físicas a la hora de unir y movilizar.

Sin embargo, la divisoria digital existente en el mundo provoca que los países en vías de desarrollo desconectados o superficialmente conectados a Internet se encuentren marginados en el sistema global. Además, aunque Internet es también una tecnología de la libertad, puede servir para liberar a los poderosos en su opresión de los desinformados y conducir a la exclusión de los devaluados por los conquistadores del valor.

Así, hoy Internet ofrece tantas oportunidades como retos y cierto es, que hasta que seamos capaces de actuar sobre nosotros mismos y poder aprovechar las maravillas de esta tecnología, encontrar un sentido para nuestras vidas y crear una sociedad mejor, seguiremos percibiendo el mundo con un sentimiento de congoja y sinsabor con el actual proceso de cambio basado en la tecnología. Se trata de un sentimiento de pérdida de control, de aceleración de nuestras vidas, incluso de miedo ante lo que esta nueva sociedad conllevará en términos de empleo, educación, protección social y formas de vida. Algunas de estas críticas tienen un fundamento objetivo en el deterioro del entorno natural, en la inseguridad laboral, o en el crecimiento de la pobreza y la desigualdad en muchas áreas.

Gran parte de esta resistencia e insatisfacción está relacionada con una serie de retos, tal y como expone Manuel Castells en su obra “La Galaxia Internet” (2001), que tenemos pendientes.

El primero de ellos es la libertad. A medida que Internet se va convierto en la infraestructura dominante en nuestras vidas, la propiedad y el control del acceso a ella se convierten en el principal escudo de batalla para la libertad. La infraestructura de las redes puede ser apropiada privadamente, el acceso a las mismas puede ser controlado e incluso sus usos monopolizados por intereses comerciales, ideológicos y políticos.
Un segundo reto es justo lo contrario: el problema de la exclusión en las redes. En una economía global y una sociedad red quedarse desconectado por falta de infraestructura tecnológica, obstáculos económicos o institucionales para el acceso a las redes, insuficiente capacidad educativa y cultural para utilizar Internet o bien por una desventaja en la producción del contenido comunicado a través de las redes, significa estar sentenciado a la marginalidad. Dice Manuel Castells “Sin una economía y un buen sistema de gestión basados en Internet, es prácticamente imposible que un país sea capaz de generar los recursos necesarios para cubrir sus necesidades de desarrollo, sobre una base sostenible”.

Una tercera laguna se encuentra en el conocimiento, es decir, la educación. Ya podemos decir, que la presencia de Internet en las aulas está generaliza como una herramienta de aprendizaje. Pero los usos de Internet y la tecnología educativa serán todo lo eficientes que lleguen a ser los profesores que la usan. Por ello, es necesario en el mundo entero, una mayor inversión en hardware tecnológico y conectividad on line y en la formación de profesores y contratación de expertos en tecnología.

Un nuevo reto plantea el surgimiento de la empresa red y la individualización de los modelos de empleo que afectan al sistema de relaciones laborales construido en la sociedad industrial y por consiguiente al estado del bienestar que se construyó desde los sistemas de relaciones industriales y el empleo estable. Así, las tensiones entre la lógica de la competencia individual y la de la solidaridad están aumentando y es necesario encontrar nuevas formas de beneficios sociales, negociar y luchar por nuevas formas de contrato social. La nueva economía necesita la aplicación de nuevos y flexibles procedimientos de regulación institucional porque cuando las economías se confunden en experimentos de desinstitucionalización emerge el caos económico.
Otro desafío fundamental es la degradación medioambiental, pues dado que la economía impulsada por las redes rastrea infatigablemente el planeta en busca de oportunidades de negocio, se produce un proceso de explotación acelerada de los recursos naturales. Sin embargo, se podrían unir dos tendencias. La primera ampliar nuestro conocimiento de qué es ecológicamente adecuado y lo que no e incluirlo en nuestro sistema de producción y la segunda aprovechar que Internet se ha convertido en una importante herramienta de organización y movilización para los ecologistas, despertando las conciencias de la gente sobre modos de vida alternativos y construyendo la fuerza política necesaria para poder aplicarlos.

Pero sin duda el reto fundamental no es otro que la ausencia de actores e instituciones con capacidad y voluntad para asumir dichos retos que nos conciernen a todos. ¿Quizás deben asumirlos los gobiernos? Respuesta dudosa teniendo en cuenta la crisis de legitimidad y eficacia que les afecta en nuestro mundo. ¿Y el mundo empresarial? Lo cierto es que las empresas son los principales creadores de riqueza, no las que deben resolver nuestros problemas. ¿Las ONG? También es cierto que en muchos casos están subvencionadas por los gobiernos y representan una forma de descentralización política en lugar de una forma alternativa de democracia.

Quizás nosotros, desarrollando nuestra responsabilidad individual, como seres humanos informados y conscientes de nuestros derechos y deberes que nos responsabilizamos de lo que hacemos y de lo que pasa en nuestro entorno. Sin embargo, es preciso llevar a cabo un cambio político en el sentido amplio del término pues necesitamos instituciones, representación política, democracia participativa, vías para la construcción del consenso y una política pública eficaz. Esto solo se consigue con gobiernos responsables y verdaderamente democráticos.

Hasta que consigamos reconstruir nuestras instituciones de gobierno y nuestra democracia, no seremos capaces de afrontar los desafíos que se nos plantean.

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